miércoles, 21 de mayo de 2014

Una soledad demasiado ruidosa, de Bohumil Hrabal


Una soledad demasiado ruidosa (Příliš hlučná samota, 1976)

Haňťa es un viejo reciclador de papel. Lleva treinta y cinco años haciendo ese trabajo y se vislumbra haciéndolo hasta su jubilación, para la que, de cualquier manera, ya no le queda mucho tiempo. Treinta y cinco años de prensar papeles de todo tipo, desde libros desechados —entre los cuales ha visto innumerables obras maestras de literatura, filosofía, o de reproducciones pictóricas, por lo que se ha vuelto «sabio» a pesar de sí mismo— hasta sanguinolentos envoltorios de carniceros. Entonces acciona la máquina y lo comprime todo en un paquete homogéneo. Y sin embargo, él intenta convertir ése acto mecánico y cotidiano en una suerte de obra artística que, por otra parte, a nadie le interesa contemplar: suele colocar alguna página significativa encima del bloque y, al ser prensado, el paquete tendrá una personalidad única.

En el recuento de sus últimos días como prensador de papel, Haňťa relata sus dos historias de amor: Maruja, curiosamente asociada a la mierda —aunque al final la veremos como una inteligentísima mujer—, y una gitana que es lo más cercano al amor de su vida, y de la que aún se pregunta por su destino tras haber sido secuestrada por la Gestapo. Así, en su cuchitril —en donde bebe varias jarras de cerveza todos los días, aunque sin emborracharse, y en donde una espada de Damocles encarnada en casi dos toneladas de libros que se mantienen precariamente por encima de su cabeza— rememora algunos episodios de su vida, en los que busca significados que siempre terminan por escapársele, hasta llegar a su íntima vecindad con los ratoncillos del sótano, quienes, en una suerte de parábola de la existencia le mostrarán un destino al que él mismo desembocará cuando finalmente sea alcanzado por los nuevos tiempos, llenos de una despersonalizada funcionalidad comunista, la cual termina desplazándolo y mostrándole el anacronismo de su rutina, con lo que sabrá que su tiempo, y quizás una era, se habrán terminado para siempre. Y una vez que los nuevos tiempos le toquen el hombro, él sólo verá una salida honrosa para reivindicarse a sí mismo junto con sus recuerdos.

Pese a su brevedad —apenas 102 páginas—, Una soledad demasiado ruidosa es una novela abismal. La búsqueda de Haňťa, aparentemente sencilla, del significado de su vida da forma a un comprimido de risas amargas, sabiduría, amor y detalles de la cotidianidad vistos con la lupa de una prosa con apenas las pausas suficientes para paladearla con fruición. Definitivamente, una de las novelas más hermosas de Bohumil Hrabal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario