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lunes, 16 de noviembre de 2015

Pieza única, de Milorad Pavić


Aleksandar Klozevits es un extraño andrógino que vende sueños futuros —muchas veces de la propia persona que los sueña, aunque también ofrece entre sus mercaderías sueños sin propietario que vagan desde siempre y, por decirlo así, de manera silvestre, en el espeso bosque de lo onírico— a gente que esté dispuesta a pagar por ellos precios casi siempre terribles. Tres crímenes relacionados con dicho personaje son perpetrados y cubiertos con una niebla de insondable misterio. El inspector superior Eugen Stross, encargado de investigar los casos, recurre a los sueños que Klozevits ha vendido a un cantante de ópera —quien vaticina oblicuamente su propia muerte a través de un sueño cuasi biográfico de Aleksandr Serguéyevich Pushkin, el mítico poeta ruso de orígenes africanos— y a su amante, Marquesina Lempitksa, ambos involucrados en los crímenes como piezas claves. De esa forma Stross llegará a conclusiones que lo catapultan no sólo a algo parecido a las huellas del misterio, sino a una escalofriante cercanía con demonios ancestrales, hechos que se pueden consultar mediante su Cuaderno Azul, una suerte de diario en el que seguimos sus cavilaciones paso a paso hasta la última entrada, en la que consigna un encuentro que tendrá con un tal V y que le significará la muerte o la solución de sus indagaciones... 

Desde Paisaje pintado con té no había disfrutado tanto de un libro de Pavić, sin contar, por supuesto, con el más grande de todos: Diccionario Jázaro. En el caso de esta Pieza única (Unikat, 2004), Pavić muestra esas obsesiones que han hecho de él un escritor totalmente alejado de lo convencional: la simbología que encierra el lenguaje, los extrañísimos giros retóricos, los demonios, que suelen convivir con la gente común, desestabilizándola a veces u orillándola hacia inesperados y desgarradores destinos; los sueños, con todo ese poder sibilino e inmaterial permeando en cada una de las situaciones que confluyen en un gran misterio, y esa complicidad que exige a sus lectores, quienes suelen jugar un papel activo en la construcción de los desenlaces. En sus mejores momentos esta novela —que consta de dos volúmenes: el más robusto la novela en sí, y el otro el Cuaderno Azul del inspector superior Eugen Stross— llega a ser una delicia, digna de besarse las puntas de los dedos.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Diccionario Jázaro, de Milorad Pavić


El misterio de los jázaros —pueblo que entre los siglos VII y X estuvo asentado en las riberas del mar Caspio y el mar Negro, y cuya principal característica era que practicaban la cacería de sueños— radica en que judíos, cristianos y musulmanes aseguran que poco antes de desaparecer fueron convertidos a una de sus respectivas religiones. Esto es conocido como la Polémica Jázara, que en el año 861 d. C., enfrentaría a un representante hebreo, uno musulmán y uno cristiano en un debate convocado en la corte del khagán jázaro. Quien lograra convencer al khagán, de alguna manera implantaría su religión sobre todo el pueblo. Sin embargo, después del debate nadie supo en qué sitios fueron absorbidos los jázaros junto con su singular habilidad de penetrar en los sueños ajenos.

Ocho siglos más tarde, tres hombres que sólo se conocen a través de sus sueños de pronto se hallan en el escenario de una de las tantas batallas de la guerra serbo-turca. Estos hombres son: el serbio, noble erudito y experto en el sable, Abrahán Brancovic; uno de sus ayudas de cámara, y además consumado tañedor de laúd, el turco cazador de sueños Yusuf Masudi; y el judío Samuel Cohen, habitante del gueto de Dubrovnik y amante de la señora Efrosinia Lukarevic, aristócrata de Lucharice y de quien cuenta la leyenda que era el diablo de los judíos. Según las fuentes citadas en el libro, estos tres personajes son autores de buena parte de los textos allí reunidos, ya que andaban en busca de información fidedigna acerca del destino de los jázaros; sin embargo, en el momento mismo de encontrarse, los tres mueren en circunstancias asaz misteriosas.

Casi trescientos años después, en 1982, se reúnen tres investigadores en Estambul (la antigua Constantinopla) para un congreso científico cuyo tema es “La cultura de los pueblos del mar Negro en la Edad Media”. Ellos también andan en pos de información acerca del enigmático destino que sufrió el pueblo de los jázaros y son: la eslavista y profesora en la Universidad de Jerusalem, doctora Dorota Schultz; el hebraísta árabe y profesor en la Universidad del El Cairo, doctor Abu-Kavir Muavia; y el arqueólogo arabista y profesor en la Universidad de Novi Sad, doctor Isailo Suk. Cuando están a punto de intercambiar información acerca de la cuestión jázara, los dos doctores son asesinados y se culpa a la doctora Schultz de la muerte de uno de ellos por motivos personales. Sin embargo, hay también una familia extraña que tiene mucho que ver con el fatal desarrollo de los acontecimientos, aunque la verdad, acaso sólo el diablo la sabrá…

Desde el momento mismo de su aparición, en 1982, Diccionario jázaro (Hazarski rečnik: Roman leksikon u 100 000 reči) fue aclamada de forma unánime por la crítica debido a la misteriosa originalidad y erudición que derrocha en todos sus detalles. Para empezar, el libro es polifónico, fulgurante e inclasificable: al mismo tiempo puede ser considerado una antología de cuentos, una novela con una espesa carga romántica e histórica, un manual para descifrar sueños o incluso uno de interpretación simbólica y religiosa. Además, se puede conseguir en ejemplares Masculino y Femenino, cuya diferencia, al igual que los sexos, radica en una frase pequeña aunque fundamental. El volumen (ya sea Masculino o Femenino) está compuesto por un instructivo para leer el Diccionario jázaro, tres libros marcados con tres colores distintos (Rojo, para el libro Cristiano; Verde, para el libro Musulmán; y Amarillo, para el libro Judío), cada uno con sus propias reglas y demonios, así como dos apéndices en los que se termina de descifrar el terrible e impactante misterio. Y ya que está construido a la manera de los diccionarios, puede ser leído prácticamente en cualquier orden: de principio a fin, de atrás hacia delante, circularmente, abriéndolo al azar o incluso orientándose a la manera "académica" con referencias en forma de lunas, cruces y estrellas para detallar en qué libros se puede encontrar más información al respecto.

En fin, una verdadera joya para los amantes más exigentes de la literatura y que reseño como un humilde homenaje a Milorad Pavić, ese mago de la palabra que hoy, 30 de noviembre de 2009, ha fallecido para instalarse definitivamente en la constelación de los escritores inmortales. ¡Que la escritura sea donde quiera que se encuentre!